jueves, 1 de diciembre de 2016

Ordenación de la Diácona María Cristina Ruibal Pino.


El día sábado 26 de noviembre de 2016 en el Balneario de Salinas departamento de Canelones en el transcurso de la celebración Eucarística, fue ordenada como Diácona para la “Iglesia Católica Episcopal Antigua”  la Ministra Laica Lic. María Cristina Ruibal Pino.

La hermana servirá a esta parte de la Iglesia Una de Cristo en la Diócesis de Uruguay, a cargo del Arzobispo Juan Carlos Urquhart de Barros, Presidente de la Iglesia. La Reverenda desarrollará su pastoral en la comunidad "La buena Nueva" de la  ciudad de Montevideo.




Pablo sabía que el bautismo de Cristo había suprimido en principio la distinción entre libres y esclavos (Gálatas 3, 38) y dedujo, como lógica conclusión, que los esclavos debían ser liberados (1 Corintios 7, 21-23). Sin embargo, el sistema social de la época, lo llevó a aceptar la esclavitud como un mal necesario. De la misma forma, las ideas vigentes en su tiempo le imposibilitaron realizar en profundidad la igualdad en Cristo entre hombre y mujer, en la que creía firmemente (Gálatas 3, 28). En este contexto, es extraordinariamente significativo que ya en tiempos de Pablo, las mujeres ejercieran funciones de Ministerio en la Iglesia.


"Les recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la iglesia de Cencreas. Recibidla en el Señor de una manera digna de los santos, y asistidla en cualquier cosa que necesite de vosotros, pues ella ha sido protectora de muchos, incluso de mí mismo." (Romanos 16, 1-2 RVR 1960). La palabra diakonos aplicada a Febe no tiene realmente el sentido de una función ministerial precisa tal como la tendrá más tarde cuando se referirá a las mujeres. Aquí tiene el sentido de “servidora” habitual en el Nuevo Testamento. (cf. Efesios 6, 22).


"Saludad a Prisca y Aquila, colaboradores míos en Cristo Jesús."....."Saludad a María, que se ha afanado mucho por vosotros." De la misma forma "Saludad a Trifena y a Trifosa, que se han fatigado por el Señor. Saludad a la amada Pérside, que trabajó mucho en el Señor." (Romanos 16, 1-16 RVR 1960). Aquí, Pablo se refería con certeza a tareas apostólicas.


" Evodia y Síntique....que lucharon por el Evangelio a mi lado, lo mismo que Clemente y demás colaboradores míos." (Filipenses 4,2-3 RVR 1960). “Por el Evangelio” indica, sin duda, una participación en la tarea de la evangelización.



"La Iglesia Católica Episcopal Antigua" fiel a la Biblia, a la tradición apostólica y a la razón iluminada por el Espíritu Santo, enriquece continuamente a sus comunidades promocionando a aquellas vocaciones femeninas que han sido llamadas por el Padre para servir en la Iglesia Una de Cristo. En esta fecha, la comunidad del Uruguay fue bendecida con nuevos frutos, gracias al trabajo constante de sus fieles, amigos y seguidores.





Todo cristiano es llamado a seguir a Jesucristo, sirviendo a Dios el Padre, con el poder del Espíritu Santo. Dios te llama ahora a un ministerio especial de servicio directamente bajo tu obispo. En nombre de Jesucristo, sirve a todos, particularmente a los pobres, débiles, enfermos y solitarios.
Como diácona en la Iglesia, estudia las Sagradas Escrituras, buscando en ellas sustento, y forja tu vida de acuerdo con ellas. Da a conocer a Cristo y su amor redentor, por tu palabra y ejemplo, a aquéllos entre quienes tú vives, trabajas y adoras. Interpreta a la Iglesia las necesidades, preocupaciones y esperanzas del mundo.


Ayuda al obispo y a los presbíteros en el culto público y en la ministración de la Palabra de Dios y los Sacramentos, y desempeña otros deberes que se te asignen de vez en cuando. En todo momento, tu vida y enseñanza deberán mostrar al pueblo de Cristo que, sirviendo a los desvalidos, están sirviendo al mismo Cristo.









Recibe esta Biblia como señal de tu autoridad para proclamar la Palabra de Dios y para ayudar en la administración de sus santos Sacramentos.







Oh Dios, Padre de toda misericordia, te alabamos por habernos enviado a tu Hijo Jesucristo, quien tomó forma de siervo, y se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Te alabamos porque le has exaltado hasta lo sumo, y le has hecho Señor de todo; y porque por medio de él, sabemos que el que quiera ser grande debe ser siervo de todos. Te alabamos por los muchos ministerios en tu Iglesia, y por haber llamado a ésta tu sierva a la orden del diaconado.


Padre todopoderoso, te damos gracias porque levantas entre nosotros siervos fieles para el ministerio de tu Palabra y Sacramentos. Te suplicamos que la Diácona María Cristina  sea para nosotros un ejemplo eficaz en palabra y obra, en amor y paciencia, y en santidad de vida. Concede que, con ella, te sirvamos ahora, y que siempre nos gocemos en tu gloria; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.

Juan Carlos Urquhart de Barros
Arzobispo Católico Episcopal 

Fuentes:

Libro de Oración Común.
Biblia (Reina Valera Revisada 1960)

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